Ay, pecadorzuelos, pecadorzuelos. Todo el día viendo series indecentes, leyendo cómics con pechos femeninos en su máximo esplendor, aceptando sin problemas las obscenidades japonesas ¿es que queréis acabar todos en el infierno? ¿O es que nunca os han contado las verdaderas historias de vuestros antepasados, llenas de amor cristiano e incongruencias temporales? Por suerte, hoy os traigo la solución: Spire Christian cómics, la editorial cristiana que desde 1972 a 1982 publicó cientos de obras, entre las que se incluyeron veinte cómics de Archie, ese adorable renacuajo que al morir se convirtió en Casper, siete adaptaciones de la Biblia entre las que se encuentra Adan y eva: Una historia moderna, historias del oso Barney, adaptaciones de libros y películas que conoce su autor a la hora de comer, y biografías. Su gran punto álgido. Aquí tenemos a Johnny Cash, Tom Skinner y otros adorables desconocidos que rodeaban al cómic estrella de Spire cómics. Un cómic que no se os irá de la retina en meses, implorando a Dios venganza divina contra todo aquel que haya podido estar en contacto con semejante obra de arte. Hablo, por supuesto de Hansi: La niña que amaba la esvástica.
Ya te lo anuncian en la portada: Coletas, cara de asesina en primer plano con ojos vidriosos, nazis y esvásticas. Ya partiendo de que cualquier cómic con nazis gana en humor de manera prácticamente segura, Hansi explora temas que nunca se le había ocurrido tratar a nadie. Ni Robert Crumb sería tan descarado. Hansi es una niña alemana feliz de la llegada de los nazis a su ciudad, Sudetenland (tiene delito el nombre, vaya), ya que traen comida, trabajos (?) y libros. A Hansi lo de comer y trabajar se la suda un rato largo, pero al fin tiene algo que leer en casa además de la Biblia de su madre, que debe ser un coñazo leer una y otra vez el mismo libro y más siendo la Biblia. Que para leerla una vez, pues bueno, pues vale, pero leer por decimoquinta vez el Apocalipsis, sabiéndose todos los spoilers y los giros argumentales no tiene que emocionar tanto. Hansi decide inscribirse en una clase para nazis y se marcha a Praga (y todo ésto en dos páginas de cómics, el autor es un maestro de la narrativa). Y la madre, erre que erre.
¿Pero no ves la cara de mala persona que te está poniendo? Esa se olvida de Jesús en cuanto pueda, vaya. Menudo zorrón está hecho. De hecho, mira como te ha abandonado de la segunda viñeta a la tercera. Ale hop, visto y no visto, en un momento la madre la dice que viva Jesús y al instante ya está haciendo el idiota despidiéndose en voz alta del tren que se marcha (me ha costado ver el tren, ¿eh? Sólo de pensar en la posición antinatural de la madre se me olvida que hay más viñeta rodeandola).
Hansi llega a su nueva escuela, y nada más llegar una bella nazi le dice que los judíos son nuestros inferiores. Hansi ata cabos y llega a la conclusión de que si Jesús era un judío, entonces Jesús era infame y malvado. Más aun cuando la bella nazi le dice, textualmente: Hitler nos está enseñando nuevas cosas y de modo CIENTIFICO!! ¡¡Estamos cambiando los dioses, Hansi!!. ¡Oh, dios mío, que malvada es la nazi que intenta hacer las cosas científicamente! Hay que aclarar que mientras dice lo del modo científico, a su lado aparece Mein kampf. Con dos cojones. Ya hay que estar cristianamente motivado para que éste cómic te llegue al corazón, ya. Hansi se convierte en una tontuela feliz de escuchar a Hitler y hacer el bien por Alemania (y sólo llevamos cinco páginas, en serio). De hecho, se convierte en una zombi gilipollas. Atención:
Oro puro y duro. Ese Perdí mis ideales cuando perdí mis ojos en el frente ruso pertenece ya a las mejores frases de la historia junto a, sin ir más lejos, Estoy orgullosa de tener hambre. Que te puedes sentir orgulloso de que tu equipo gane, o de que vaya primero en la liga, o alguna cosa de esas, pero sentirte orgullosa de tener hambre es ya demasiado radicalote, la verdad. Hansi, tu antes molabas.
Mientras ésto pasa, Hansi tiene un cibernovio de la época (o sea, un chico por carta), un tal Rudi18_Germany con el que se intercambió cartas durante dos años. Ahora, él va a conocerla, y nada más verla la pide que se case con él. En El diario de Patricia no lo habrían hecho más emocionante. Ella acepta pero, oh horror, sus padres la rechazan dentro de la familia porque son gordos, ricos y viejunos. Y ella, que es tan idiota como siempre, rechaza el compromiso. Aquí no sé si se supone que tenemos que sentirnos tristes por la nazi despechada o felices porque han dejado en la estacada a una nazi. Haremos como que no se nos ha planteado la duda existencial. Mientras, el novio de la nazi buenorra dice que le pide Biblias desde el frente, a lo que Hansi responde excitada: ¡¡Las Biblias son para cobardes y débiles!!. Y curas, hija. Y curas.
Eso es, hombre. Los soldados nazis se dedicaban a leer Biblias mientras les bombardeaban, porque no eran cobardes (en serio, ¿qué?) sino buenas personas que luchaban por el bien común. Con dos cojones. Y encima se repartían las páginas sueltas sin seguir la trama ni nada. Como te toque una de esas partes aburridas en las que se dedican a recitar nombres, también sería mala leche. Bueno, Praga cae por culpa de esos malditos, malditos rusos y Hansi se marcha, no sin antes decirle al Rudi18 que se quede en tierra y luche por Alemania, mientras grita a los cuatro vientos ¡Soy pura y quiero seguir siendo pura! (sic). Vamos, que el chico no moja ni queriendo. Pero ya la avisa, ya. Que los rusos son muy malos, y ya verás lo que te hacen por las noches. Hansi calla, creyendo en Hitler y en el Reich hasta que les anuncian que se ha suicidado. Atención. Llega la mejor viñeta de todo el cómic. Muere de envidia, Frank Miller.
¡Alemania se rindió! ¡El sueño se acabó! ¡La pesadilla empezó!. Toooma. ¿Alguien creía que el hecho de que Alemania perdiera la guerra mundial era algo malo? ¡Pues por lo visto deberíamos haberlo pensado! ¡Nadie pensó en la pobre Hansi, cuyo sueño de una Alemania mandando sobre el universo fracasó! ¡Loor a Hansi! Encierran a las chicas en un campo de concentración y claro, el Rudi18 ya la avisó.
Sentimientos contradictorios con ésta página. O sea, por un lado es una violación y todo eso, que es muy malo, niños no violeis ¿pero por qué llora Hansi si los soldados no la han tocado un pelo porque no la quieren? ¿Precisamente por eso? ¿Tendría algún sentido? ¿Por qué los rusos son los malos si se supone que son del bando del bien? ¿Por qué hasta ahora los buenos han sido los alemanes? Vaya mierda de lección moral que nos está dando el cómic. Ideal para las peleas de Madrid de ahora mismito, oye. Me encanta, por cierto, que no quieran a Hansi por ser delgada. ¡Niñas, si hay una guerra cerca vuestro, probad la anorexia! ¡Violaciones no aseguradas!
Bueno, Hansi escapa para no ser violada en un futuro, escapando en búsqueda de los americanos, que tampoco son trigo limpio (¿¿Americanos?? ¡¡Son todos unos gangsters masca-chicles!!). En mitad del camino, los soldados rusos, que ya han aniquilado un pueblo entero, las disparan, pero consiguen escapar. Estos rusos, que hijos de puta. Se merecen todas las canciones rusas que les vengan. Y a Putin. Y a Kasparov. Que se jodan. Hansi se hace amiguita de una niña cuya madre acaba de morir y llegan a una cabaña llena de americanos come-chicles que leen Archie (eh, eh, la autopromoción siempre es buena). Buen rollo no dan, no.
Tanta felicidad, tanta alegría, tanto Entra, guapa hombre, yo si fuera una chica recién violada tampoco lo vería con muy buenos ojos, no. Por suerte, cuando la proponen dormir y ella se lo toma a mal, pronto responden. ¡¡Quieta ahí!! ¡¡No somos rusos, somos americanos!! ¡Estás a salvo aquí!. A la mañana siguiente le dan el desayuno en la cama (ni en el Ritz, tú) y la alojan en otro sitio, donde tambien está la hermana de Rudi18, quien la dice que ha muerto acordándose de su amor por ella. A Hansi tampoco le importa demasiado, más que nada porque lleva todo el cómic tratando a su novio como si fuera mierda, así que la muerte de él casi casi la alegra y todo, que así podrá lucir su nuevo modelito negro de la muerte. Bueno, la chica va a que la hagan profesora y
¡Lorelei, lorelei! Sonrisas y lágrimas se queda corta al lado de la viñeta del centro. Fijaros en la pose del chaval a la izquierda y el pedazo de rejostión que se va a pegar el buen chico. Qué felicidad, qué alegría. Y sin Jesús por el medio, quedaos con esto para recordar cuando Hansi se vuelva paranoica perdida. Encima el Rudi18 está vivo, con lo que Hansi planea volver a verle para echar una canita al aire más que nada, por eso de saber cómo es éso que los rusos le hacían a todas menos a ella (¿enfadada por no haber sido violada? ¿Y os sorprende después de El sueño acabó, la pesadilla empezó?). Bueno, ella se propone no caer en el amor de nuevo (¿de nuevo?) y él la dice que la ama. Se casan y algo falla en su vida (claro, normal), hasta que Rudi18 llega con una gran idea para salvar su matrimonio. Una idea que a vosotros no se os ocurre cuando rompeis con vuestra novia (ni a vosotros ni a nadie, vaya).
Va, cari, leamos la Biblia, no se muy bien cual es el objetivo de ésto, pero igual se salva nuestro matrimonio y todo. Que conocí unos cristianos en la uni y el librito había hecho mucho por ellos y tal. No me dejes, que estás buena y yo soy un ex soldado medio tullido, porfa. No pasan ni tres viñetas y Hansi de repente decide que Dios es bueno (es influenciable la chica, ¿eh?) y que repartirá su palabra por el mundo. Será la emoción de volver a ver una Biblia después del coñazo que le dio su madre con Jesús. Años más tarde, Hansi y Rudy ya tienen una familia feliz, y como toda familia feliz se marchan a América a seguir repartiendo amor. Se decepcionan un poquito, pero el poder de dios les sigue haciendo seguir adelante. Qué buenos estos ex nazis, qué generosos y qué todo. Hansi al final llega a una bella conclusión, y la historia se prepara para su final.
Me da más mal rollo ahora que cuando era una nazi psicópata, tú. Así que abre su casa como un lugar de acogida (sí, en éste cómic las sorpresas nunca acaban y Rudy es un poco calzonazos), ayuda a un indio que se pasea por ahí y ya a la chica se le va la olla por completo, dando clases sobre Jesús en prisiones y lugares llenos de gente de buen vivir.
Eh, bueno, en realidad lo de los puentes y las puertas no creo que lo haga dios. Vaya, que dudo que tenga un título en arquitectura, pero no me hagais demasiado caso, que tampoco soy muy teólogo precisamente y lo mismo dios es el nuevo Frank Gehry. Ya lo de que las puertas se abran diría que tiene más que ver con unos sensores a los lados que hacen que se abra cuando pasa alguien, pero vaya, será cosa mía. Y nada, la chica cuenta la historia sobre unos congéneres suyos que se tiraban contra un tanque, dice que está orgullosa de estar con dios y en América y se acaba el cómic. ¡Viva! ¡Hurra! Y lo peor es que habrá gente que pague por ésto, madre mía. Si os habeis quedado con ganas de cómics cristianos infinitamente más bizarros (destacando el del homosexual amigo de Satán y el de los chavales que invocan al diablo jugando a rol), buscad en Internet, que haberlos haylos, pero éstos no fueron tan bien publicados como esta Hansi. Una obra de arte, y no incluye a Superman por ningún lado. Increíble, ¿eh?
¡BM: Hansi ya, demonios!